Trastorno por Atracón
(Hiperfagia Incontrolable)
Mantener una relación sana con nuestra imagen corporal y con la comida es algo básico para nuestro bienestar. Nuestro objetivo será conseguir recuperar el respeto, amor y compasión que mereces para contigo mism@.
“ Y como la luna, debemos pasar por fases de vacío para sentirnos llenos nuevamente ”
¿ En qué consiste ?
Trastorno por atracón, atracones continuos, adicción a la comida, glotonería aguda, pozo sin fondo… a este problema se lo llama por muchos nombres.
Menos conocido que la anorexia y la bulimia, este es el tipo de trastorno alimentario más común (sobre el 2% de la población mundial, sobretodo a mujeres jóvenes).
Se trata de episodios repetidos de atracones de comida incontrolados, seguidos de un malestar interno importante, sentimientos de vergüenza y culpa y altos niveles de estrés. No suele haber purgas, uso de laxantes o ejercicio físico en exceso para compensar el exceso de comida.
El problema surge cuando se puede seguir comiendo aun sintiendo dolor en el estómago, aun sabiendo lo mal que se van a sentir después, aún sintiendo ya la vergüenza y culpabilidad que se les asocia… puesto que la comida calma temporalmente estos sentimientos desagradables, aunque solo sea para sentirlos con más fuerza después.
También puede ser un mecanismo para “no sentir” otras cosas: al igual que en las auto-lesiones, aquí también nos infligimos un sufrimiento a nosotros mismos, pero este sufrimiento tal vez nos ayude a no sentir otra cosa que nos duele todavía más.
A menudo, los atracones empiezan como respuesta a situaciones específicas que nos estresan (por ejemplo, antes de un examen o cuando hemos sufrido una ruptura emocional) pero se vuelven poco a poco una práctica regular que ocurre sin necesidad de estar especialmente estresados o tristes por alguna otra razón.
De alguna forma, los atracones empiezan siendo un síntoma provocado por otro “trauma” (o evento difícil o estresante), y se convierten poco a poco en un trauma en si.
Las explicaciones pueden ser muchas y cada paciente lidia con ello de forma distinta.
¿ Cuando acudir ?
El Trastorno por Atracón se caracteriza por:
- Comer grandes cantidades (superiores al nivel de hambre).
- Comer incluso cuando se está lleno o no se tiene hambre.
- Comer mucho más rápido de lo considerado “normal”.
- Comer hasta estar incómodamente lleno/a, sin poder controlarlo o parar.
- Comer solo/a por vergüenza a que le/a vean comer.
- Comer normalmente cuando se está con otros y darse un atracón justo después.
- Comer sin llegar nunca a sentirse satisfecho/a.
- Intentar controlar el consumo de comida con dietas y reglas estrictas que tan solo agravan los atracones.
- Sentir culpa, vergüenza y/o asco hacia uno/a mismo/a después de comer.
- Sentirse entumecido/a al estar comiendo, como en modo “piloto automático”.
- Sentir que se pierde el control al comer.
A menudo los intentos de control tan solo agravan la situación. No sabemos cómo hemos llegado hasta este punto, y tampoco sabemos cómo salir de este círculo vicioso.
Al sentirnos mal, nos volcamos en la comida para apaciguar momentáneamente estas sensaciones desagradables, y así el círculo se perpetua.
A nivel físico puede llevar a la obesidad (así como todas las complicaciones médicas ligadas a ello), problemas respiratorios ligados al intento de control abdominal (al entrar la barriga solo podemos respirar por el pecho y no con el diafragma) y adicciones a substancias, entre otros.
¿ Qué esperar de la terapia ?
- Se consiguen eliminar o por lo menos reducir los episodios de atracones.
- Aumenta la capacidad de auto-regulación (calmarse).
- Se re-establece una relación sana y “normal” con la comida.
- Se potencia una imagen sana del propio cuerpo, aprendiendo a amarnos tal y como somos y a lograr el peso ideal saludable.
- Se obtiene una mayor consciencia del cuerpo y de sus necesidades reales.
- Se aprende a reconocer y diferenciar el hambre fisiológica del hambre emocional.
- Se aprende acontrolar los impulsos, detectando las señales precoces de la activación.
- Mejora la capacidad de empatía, respeto y compasión, para con los otros y para con uno/a mismo/a.
- Se practican la auto-aceptación y la auto-compasión, sin caer en la resignación.
- Se reducen los pensamientos obsesivos relacionados con la comida y/o la imagen corporal.
- Se propician hábitos de alimentación sanos.
- Aumenta la ventana de tolerancia para sentir tanto sensaciones desagradables como placenteras.
- Se apaciguan la ansiedad y los síntomas depresivos, reconociendo y aceptando las emociones que ocurren naturalmente.
- Aumentan la auto-estima y la confianza en uno/a mismo/a.
- Aumenta la resiliencia para hacer frente al estrés, los desafíos y las emociones intensas.
- En el caso de que haya un atracón, se reducen los sentimientos y emociones negativos posteriores, siendo más fácil así no volver a caer en el círculo vicioso