Terapia de Trauma
(Somatic Experiencing®)
Todos merecemos la oportunidad de vivir nuestras vidas plenamente. Mi objetivo en la terapia con Somatic Experiencing® es dar herramientas a mis pacientes para que puedan sentirse bien en sus cuerpos, para que sanen viejas heridas y puedan liberarse de todo aquello que ya no les hace falta.
“ El sufrimiento forma parte de la condición humana. Si simplemente intentamos evitar hacer frente a situaciones dolorosas, el proceso de cura no podrá comenzar ”
Peter Levine
¿ En qué consiste ?
Experiencia Somática (Somatic Experiencing® – SE) es un enfoque terapéutico físico-psicológico (cuerpo y mente) desarrollado por el Dr. Peter Levine, con más de 45 años de aplicación clínica exitosa. Su objetivo: la resolución y superación de eventos traumáticos y/o estrés crónico.
El trauma ocurre cuando nos vemos enfrentados a una situación en la que algo que nos “activa” (activa nuestro sistema nervioso, nuestro sistema de defensa) ocurre de forma demasiado rápida, demasiado pronto o en demasiada cantidad.
Puede ser causado por un evento aislado, o por una serie de eventos repetitivos cuyo impacto se va acumulando a lo largo de semanas, meses o toda una vida.
Cuando esto ocurre, nuestro sistema nervioso no tiene la capacidad de lidiar con dicha activación, ni de integrar las emociones y sensaciones ligadas al evento : resulta simplemente demasiado abrumador.
La energía generada por la activación se queda entonces “atrapada” dentro del cuerpo, intentado buscar una salida, provocando así una desregulación del sistema nervioso y los múltiples síntomas del trauma, hasta que consigue ser descargada.
¿ Cómo estar presente en el Presente cuando el Pasado no deja de acecharnos ?
A menudo, situaciones que nos recuerdan el evento traumático nos “activan” de la misma manera, generando dificultades en nuestra vida cotidiana, nuestras relaciones con los otros y con uno mismo.
SE parte de un enfoque distinto a la terapia hablada convencional: pone la atención en el cuerpo, el sistema nervioso autónomo y las sensaciones corporales.
Nos focalizamos en las sensaciones y en las respuestas fisiológicas que ocurren cuando alguien experimenta o se acuerda de un evento traumático, en su cuerpo, y no tanto en su pensamiento o en las ideas asociadas a dicho evento.
A través de este método, se consigue anclar la sensación de bienestar y seguridad en el cuerpo, antes de empezar a movilizar la energía traumática atrapada en el cuerpo, y a descargarla, de manera progresiva, respetuosa y cuidadosa.
Síntomas del Trauma
Pueden aparecer inmediatamente después del evento traumático o pueden quedar adormecidos durante años, hasta que algo los despierta.
Algunos pueden ser muy evidentes (tics, ansiedad, ataques de pánico) pero hay otros muy sutiles que incluso llegamos a considerar como rasgos de personalidad (falta de auto-estima, dificultad para tomar decisiones, tendencia a perpetuar relaciones abusivas…).
- Shock, negación, incredulidad
- Ataques de pánico
- Fobias
- Imágenes intrusivas o flashbacks
- Menor capacidad para lidiar con el estrés
- Estados disociativos
- Confusion, dificultad para concentrase
- Emociones “aplanadas”
- Pérdidas de memória
- Ansiedad y miedo
- Culpabilidad y vergüenza
- Tristeza y desesperanza
- Sentirse desconectado o anestesiado
- Miedo exagerado a la muerte propia o de seres queridos
- Pérdida de creencias sostenedoras (espirituales, religiosas o inter-personales)
- Dificultad para crear vínculos y mostrar sentimientos
- Comportamiento evitativo (evitar ciertos lugares, actividades, movimientos, personas…)
- Enfado, irritabilidad, cambios de humor repentinos
- Hiper-vigilancia
- Hiper-sensibilidad a ruidos y luces
- Atracción por atividades peligrosas
- Comportamientos adictivos (comer sin control, fumar, consumir alcohol o otras drogas…)
- Hiper-actividad
- Llanto facil y frecuente
- Actividades sexuales exageradas o prácticamente inexistentes
- Tics
- Auto-mutilacion (cortes, abuso del propio cuerpo…)
- Insomnio o pesadillas recurrentes
- Estados de fatiga crónica o poca energía física
- Sentirse asustado facilmente
- Problemas en el sistema immunitario
- Dificultad para concentrarse
- Taquicardia o activación simpática sin estimulación externa
- Nerviosismo y agitación
- Dolores y achaques psicosomáticos
- Tension muscular
¿ Cuándo acudir ?
- Estrés crónico
- Estrés post traumático resultado de situaciones diversas (humillaciones repetidas, guerras, desastres naturales…)
- Traumas del desarrollo (negligencia parental, violencia doméstica, abuso sexual, físico o verbal, separación traumática de la figura parental, entorno inestable y/o inseguro, enfermedades…)
- Agresiones puntuales o repetitivas (físicas, sexuales, verbales, emocionales, bullying…)
- Burn-out
- Ansiedad / Depresión
- Agorafobia
- Accidentes (de automóvil, del trabajo, caídas, ahogamientos)
- Procedimientos quirúrgicos invasivos (con o sin anestesia),
- Vivencia o testimonio de hechos violentos (violencia doméstica, violaciones…)
- Muerte repentina de un ser querido
- Rupturas emocionales, problemas relacionales, co-dependencia
- Fobias
- Complicaciones en el nacimiento o durante la gestación.
¿ Qué esperar de la terapia ?
- Aprendemos a prestar atención a nuestras sensaciones corporales (la sensación sentida) aquí y ahora, y a explorar las variaciones que ocurren a medida que avanza la sesión.
- Logramos acceso a patrones de acción fisiológica reparadores, es decir, “caminos” a través de los cuales la energía traumática puede ser liberada de forma controlada, gradual y segura.
- Aumentamos nuestra resiliencia para hacer frente al estrés, la ansiedad, los desafíos y las emociones intensas.
- Aprendemos a reconocer y aceptar las emociones que sentimos natural e inevitablemente en nuestro día a día.
- Restauramos el vaivén natural de las funciones del sistema nervioso.
- Aumentamos nuestra capacidad de auto-regulación (aprendemos a calmarnos).
- Restauramos o instauramos límites personales sanos, aprendiendo a cuidar de nosotros mismos.
- Exploramos la “agresión sana”, alejándonos de tendencias violentas.
- Desarrollamos la capacidad de crear lazos sociales y afectivos más fuertes y seguros.
- Aprendemos a prestar atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo y a reconectar con su sabiduría.
- Aumentamos la coherencia entre nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
- Aprendemos a identificar y utilizar nuestros múltiples recursos, todo aquello que nos ayude a sujetarnos cuando sentimos que vamos a caer.
- Aumentamos nuestra ventana de tolerancia para tanto las sensaciones y emociones difíciles, como las placenteras.
- Reforzamos nuestra capacidad para estar más presentes en el aquí y ahora, en contacto con nuestro entorno tanto físico como social.
- Aprendemos el lenguaje de las sensaciones corporales, completamente ligado a nuestras emociones, permanentemente presente y tan a menudo obviado por nuestra mente consciente, a causa de una sociedad que nos “desconecta” de nuestros cuerpos para vivir solo en la mente.
- Aumentamos nuestra sensación de bienestar general, conectando más fácilmente con nuestra alegría y ligereza internas.