Pequeña Biografía
Para contaros un poco de mi historia, la psicología y la mente humana siempre fueron temas que me interesaron: ayudar al prójimo para así crear una sociedad mejor fue un tema central en mi educación, pero siendo honesta, lo que me llevó a estudiar la psicología fue mi curiosidad por entender los POR QUÉs del comportamiento humano y todas sus paradojas.
Por qué nos comportamos como nos comportamos, por qué reaccionamos de formas distintas a los mismos eventos, por qué podemos alejarnos de lo que nos hace bien y aproximarnos de algo que sabemos nefasto, por qué amamos sin ser correspondidos pero nos alejamos de aquellos que nos quieren, por qué a veces el amor no es suficiente, por qué nos sentimos rotos cuando aparentemente lo tenemos todo, por qué nos cuesta tanto el cambio o el compromiso… todas cuestiones halladas no tan solo en mi entorno sino también en mi interior.
Al estudiar Psicología me di cuenta de que todas estas cuestiones, todos estos POR QUÉs, no eran otra cosa que una búsqueda de mi misma, de lo que quiero, de lo que me hace bien y de quien soy.
Al finalizar mi segundo Master, decidí que era hora de aplicar a la práctica toda la teoría aprendida, así que dejé mi vida cotidiana atrás y me fui a recorrer el mundo con mis posesiones reducidas a lo que cabe en una mochila.
Me fui al Sudeste Asiático a meditar y a trabajar la mindfulness (plena consciencia).
A Canadá a poner a prueba mis límites físicos y mentales.
A Brasil a trabajar con drogadictos y descubrir la importancia del cuerpo en los procesos emocionales de curación.
A la India a meditar un poco más y a quejarme un poco menos.
A varios lugares de Africa a trabajar con ONGs, a aprender a relativizar y a vivir en el aquí y ahora, porque el pasado ya pasó y el futuro nunca llega…
He trabajado con niños, con mujeres, con hombres y con comunidades enteras en distintos proyectos.
He cuidado de animales maltratados y ayudado a proteger especies en peligro de extinción.
He ayudado a construir las paredes de una escuela con botellas de plástico y cruzado países enteros en autostop.
He aprendido a confiar en mi instinto y en la inherente bondad humana, encontrando siempre una mano amiga inesperada en los momentos de dificultad y una fuerza interior que no deja de sorprenderme.
He aprendido a ser humilde, a agradecer, a no dar las cosas por sabidas ni por hechas, a acoger la pluralidad y a amar profundamente al ser humano con todas sus facetas.
La búsqueda de mi misma y de respuestas a mis cuestiones me ha llevado a los 5 continentes, a lugares maravillosos y a lugares terribles, sintiendo que mi entorno reflejaba en todo momento mi propia pluralidad interior… y es que todos llevamos en nosotros tanto la luz como la oscuridad.
El secreto para disfrutar de la danza entre ambas consiste en ponerle consciencia, compasión y amor.
Fue mi curiosidad por entender el comportamiento humano lo que me llevó a estudiar Psicología, y ahora que creo entenderlo un poquito más, no podría dejar de hacer este trabajo.